Pero antes amables amigos; definamos a la cuaresma como:
"Período del año litúrgico que va desde el Miércoles de Ceniza hasta el Sábado Santo (40 días) durante el cual los cristianos se preparan para celebrar
Desde el miércoles de ceniza que si teníamos duda de cuando era aca por Comitán hasta llovió ceniza por la noche y no precisamente como seña a los pecadores sino por un gran incendio que lleno los techos, calles, carros y avenidas de autentica ceniza.
Desde esa fecha hasta el Sábado Santo se cumplen los 40 días de ayuno, de oraciones y de penitencias.
Hablando de números dichos 40 días de cuaresma, reflejan los mismos días del misterio de Jesús en el desierto.
Una tradición católica que tiene como objetivo llegar a la oración, limosna y ayuno; la oración implica la relación personal interna de cada persona; la lismona el ayudar al prójimo de manera desinteresada y el ayuno un deseo de abstinencia a ingerir carne como reflejo del ayuno que Jesús hiciera en el desierto.
Pero bueno, respetando cualquier tipo de creencia que usted tenga, basada en su fe y basada en las leyes mexicanas que permiten la libertad de fe y creencia; aterrizamos el tema a nuestra situación económica y social.
En estas fechas curiosamente los pescadores y los comerciantes de productos del mar elevan sus costos hasta en un 30%, la necesidad de cumplir con esta tradición se dificulta por los precios y la situación económica de cada familia.
Incluso los precios del pescado por kilo llega cerca de un día de trabajo de un jornalero; y no hablar de un cazon de mariscos que ronda por los 200 pesos.
La procuraduría General del Consumidor recomienda antes de comprar los productos del mar los siguientes:
- Que despida olor a mar
- Que el pescado tenga color brillante
- Que la carne no se suma al oprimirla fácilmente
- Que los ojos estén saltones
- Y por ultimo comprar productos en lugar con excelente refrigeración.
Esperamos que usted pueda permitirse el lujo de seguir la cuaresma en este año, ya que la situación económica hace perder poco a poco esta tradición.
Provecho… y recuerde que en el mar la vida es más sabrosa.
Por: Alejandro Morales T.
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